¿De dónde viene mi forma de reaccionar ante el estrés y cómo lo puedo cambiar?

En este momento estás viendo ¿De dónde viene mi forma de reaccionar ante el estrés y cómo lo puedo cambiar?
Invita a otros a vivir mejor:

El estrés es algo completamente normal de la vida.  Sería irrealista imaginar una vida libre de estrés.  La vida es un cambio constante y así que durante nuestra vida enfrentamos muchas etapas y momentos o circunstancias que podríamos nombrar estresantes.

Una de las metas importantes con el estrés: no tanto es evitarlo pero saber cómo manejarlo. ¡Eso se vuelve un SUPER PODER en la vida y se llama autoregulación! En este artículo quiero enseñarte cómo comprender de dónde vienen tus reacciones al estrés y cómo manejarlo con más inteligencia.

¿Cuáles son las opciones que tenemos para responder al estrés?

Es importante entender que la respuesta del estrés es multidimensional. No solo es la mente la que responde. También el cuerpo, las emociones y los pensamientos se conjuntan para responder a un estímulo estresante.

Por ejemplo de forma biológica nuestro sistema nervioso y cuerpo activan ciertos patrones milenarios en cómo fuimos evolucionando para protegernos de un peligro.

Imaginemos una situación en donde “mi amiga Sofía” está en el trabajo y cometió un error a tal nivel que la empresa se encuentra en un gran riesgo, alguien se percata de esta situación y lo comunica a todos.  ¿Si fueras Sofia, cuál sería tu primera forma de reaccionar ante esta situación?

Nuestras respuestas biológicas nos dan varios opciones:

MOVILIZARTE Y ACELERARTE: En la movilización existe la famosa respuesta del estrés: LUCHAR O HUIR.

Comienzas a luchar o huir contra tu realidad, se acelera tu corazón, se activa reacciones bioquímicas que nos provocan sudar, retener líquidos (no vamos a ir al baño si hay algo más importante en frente) y se activa la adrenalina para que tu cuerpo esté listo para el combate. Las piernas y brazos están alertas.

Movilizarte y acelerarte para el manejo del estrés.
En la movilización existe la famosa respuesta del estrés: LUCHAR O HUIR.

 

INMOVILIZARTE Y DESACELERARSE: Otra forma en la que el cuerpo puede reaccionar viene en varios matices de inmovilizar el cuerpo, como CONGELAR o PARALIZAR.

Eso es lo que pasa cuando el peligro se siente demasiado abrumador o peligroso y fingir la muerte se vuelve como una opción para sobrevivir. Observamos este fenómeno en la naturaleza cuando un animal finge la muerte frente a un predador.

Nos pasa seguido en la vida real cuando el estrés se vuelve demasiado y nuestro cuerpo se enferma. En este estado no podemos relacionarnos socialmente. El rostro se apaga, el corazón baja mucho su frecuencia cardiaca y las respuestas del cuerpo entran en un tipo SHUT DOWN en donde no queremos ver el mundo.

Un derivado de la respuesta de inmovilización puede conocerse como APAGAR O EVADIR, en donde simplemente cedes a tu contexto para sobrevivir, incluso cedes a cosas que no quisieras porque es más fácil que a luchar.

Esas respuestas están dentro de nosotros, pero como melodías de una canción. Algunos las tenemos más practicadas que otros, todo depende mucho de cómo reaccionamos.

Estas reacciones del cuerpo activan  la sobrevivencia, pero como puedes ver, a lo mejor no son la mejor opción para nuestra amiga Sofía que se equivocó en el trabajo!

Hay otra opción que a mi me gusta llamar FLUIR que no es ni congelar ni luchar o huir. Se activa otra parte de nuestra sistema nervioso autónomo conjunto con partes del cerebro más elegantes y maduros para evaluar la situación.

manejo del estrés y mejoramiento del sistema nervioso.
Fluir es darte un momento de pausa, de no reaccionar, no sentirte ni en peligro, sino al contrario, buscar ayuda o tratar de conectar con alguna solución creativa.

 

FLUIR requiere activar otras partes más avanzadas de nuestra biología, es una canción un poco más inteligente, no tan primitiva. Sabemos que el fluir se activa cuando logramos tomar un respiro, conectar con tu corazón para alentar la adrenalina, a lo mejor calmar los pensamientos y mirar alrededor de ti para tomar perspectiva.

Se busca alguien de quién apoyarse, incluso consultar una red de apoyo o hablar con el jefe. Es darte un momento de pausa, de no reaccionar,  no sentirte ni en peligro sino al contrario, buscar ayuda o tratar de conectar con alguna solución creativa. ¿El FLUIR suena como un superpoder verdad?

¡Uff! ¿Pero cómo hacerlo?

A veces cuando nos llega un momento estresante, sentimos el cuerpo reaccionar como si fuera algo automático, como si fuera que no tenemos opción. Las respuestas del estrés se sienten tan arraigados en nuestra mente y cuerpo, como melodías muy practicadas. La razón de eso es porque las semillas de estas melodías fueron sembradas durante nuestra primera infancia.

Te digo, para acceder a este superpoder de cómo manejar el estrés (la autorregulación), tenemos que ir al raíz. El deseo de comprender cómo y desde dónde viene nuestra forma de reaccionar ante los retos de la vida nos invita a voltear a mirar nuestra primera infancia.

Es allí donde aprendemos diferentes formas de reaccionar al estrés y queda una huella o melodía aprendida en en la mente y cuerpo del niño.

Con la nueva neurociencia y investigaciones cuerpomente, ahora entendemos que nuestro cuerpo y cerebro aprenden al nacer algo que se llama co-regulación, en donde literalmente el cerebro, cuerpo y sistema nervioso de un bebé se va adaptando, de tal manera que requiere ver las reacciones de los rostros, sentir los latidos del corazón, la respiración y sistemas nerviosos de sus cuidadores para irse adaptando al lugar en donde nació. Es allí que aprendemos tocar nuestras primeras diferentes melodías para reaccionar ante situaciones adversas.

La melodía de lo que a mí me gusta llamar FLUIR en donde se activa una regulación más sabia gracias al apoyo de un adulto maduro (respirar, calmar, buscar ayudar, sonreír o reírse de uno mismo, apoyarse en una red social, pensar de forma creativa, poner límites, tomar decisiones con tiempo y no de prisa) son comportamientos aprendidos y mucho más desarrollados (no tan primitivos).

Estas reacciones no vienen de una respuesta biológica, más bien es aprendido desde la co-regulación de observar nuestros cuidadores y cómo se adaptan a una situación adversa.

Te has cuestionado….

¿Por qué unas personas tienen diferentes niveles de resiliencia y reacciones a niveles de estrés que otras personas? o ¿Por qué algo que estresa a alguien simplemente a otra persona aparentemente no le afecta?

La información arriba puede ayudarte a contestar estas preguntas.

Nuestra capacidad para manejar el estrés tiene origen en nuestros primeros años de vida.
Requerimos regresar a tratarnos cómo si fuéramos un bebé o un niño chiquito: Con mucho amor. Fotografía: 🇸🇮 Janko Ferlič.

 

Te cuento… Desde que nacemos aprendemos cómo manejar el estrés, porque  dependiendo del ambiente en donde nacemos identificamos que es peligroso y que es seguro. Nuestra calidad de reacción ante la adversidad se conecta con la forma en la que nosotros aprendimos a procesar (emocionalmente, sensorialmente, visceralmente, físicamente) situaciones en nuestra infancia.

AHORA LA CLAVE

¿Qué melodías aprendiste tú en tu infancia?  ¿Cuales has practicado más en tu adultez?  ¿Tu modo de relacionarte ahora que eres adulto con el estrés es similar al de tus cuidadores principales?.

Las grandes buenas noticias es que siempre podemos aprender a tocar nuevas canciones. Nuestro sistema nervioso se puede adaptar, igual que nuestra inteligencia emocional, el trabajo con nuestros pensamientos y las formas de autorregulación corporales.

Gracias a la co-regulación que aprendimos, podemos añadir notas o diferentes melodías, para comenzar a reaccionar antes los estímulos de la vida de diferente forma. No tenemos que ser siempre leales a las formas que aprendimos de manejar el estrés. 

La autorregulación es nuestra gran clave para comenzar a manejar el estrés, esto quiere decir que yo tengo el poder, la capacidad y la soberanía para observar y decidir cómo quiero  reaccionar y responder a situaciones que se me presentan.

La autorregulación tiene varios componentes lo cual es la inteligencia emocional, auto observación, y por supuesto el autoconocimiento corporal en donde podemos practicar la autorregulación corporal en las formas de conectar con las respuestas de mi cuerpo.

Los recursos del cuerpo son muy útiles para acompañar cualquier proceso. En particular si hemos vivido un estrés crónico y sostenido, nuestro sistema nervioso se altera al grado en el que hemos olvidado cómo es la sensación de tener una respiración orgánica y natural, sentirnos relajados, poder conciliar un sueño reparador, recuperarnos rápido de una enfermedad, disfrutar interacciones sociales de manera relajada, etc.

En estos casos cuando hay un desequilibrio, podemos añadir el elemento de la educación en autorregulación corporal y comenzar a enseñar el sistema nervioso estar en otro estado.  Requerimos regresar a tratarnos cómo si fuéramos un bebé o un niño chiquito…con mucho amor. 

Te doy 3 ejemplos que podrán ayudarte a fortalecer tus músculos de la autorregulación corporal.

1. Sé curioso y vuélvete observador: ¡Ya comenzaste! Al leer este artículo entraste en una dinámica de psicoeducación, en donde comienzas a ver tu cuerpo y sistema nervioso con otros ojos.

Educarte acerca de cómo responderle a tu cuerpo te permitirá quitar miedos y juicios y poder comenzar a escuchar los mensajes de tu cuerpo sin reaccionar de inmediato. Ahora puedes comenzar a observar con este nuevo conocimiento.

2. Sentir y pausar:  Aunque suena muy simple, permítete sentir lo que tu cuerpo te quiere decir, sin juicio es un gran paso. En el hecho de sentir, hiciste un mega paso que es pausar.

Pausar es el ingrediente secreto dentro de la autorregulación. Significa que no estás reaccionando a melodías antiguas. Pausar te permite observar tu entorno y practicar la respiración consciente, date unos minutos de tu día,  para llenar tus pulmones de aire y soltarlo lentamente, puedes realizarlo, sentado en algún lugar, antes de dormir etc.

3. Mueve tu cuerpo: Haz del movimiento tu medicina, cuando movemos nuestro cuerpo se manda una señal a nuestro sistema nervioso de que no estamos en peligro. Allí es donde comenzamos a tocar nuevas notas en nuestras melodías para responder al estrés desde otro lugar.

Bonus tip: Informarte y aprender más acerca de cómo el estrés y tu sistema nervioso de forma experiencial con prácticas corporales (no solamente intelectual) tendrá un gran impacto en tu vida.

Complementa tu lectura:

 

Invita a otros a vivir mejor:
0 0 votos
¿Cuánto te ha gustado este contenido?
guest

3 Comentarios
Oldest
Newest Most Voted
Opiniones en línea
Ver todos los comentarios
Silvia Abril

Estoy muy interesada. No podré estar en el webinar. Me gustaría tener más información.
Gracias

Eréndira Rodríguez B.

Pues si consideró que el primer paso sea pausar, respirar, ( en el yoga menciona : que los caballos, que es la respiración tienen que anteceder a las emociones que son la carreta). Y con la adrenalina no se desboque la energía. Pero desarrollar un nuevo habito de reacción , o una reeducación , se ocupa práctica y costancia. Reconozco que tenemos malehabilidad en nuestro cerebro y que podemos modificar patrones de compartamiento. Gracias me interesa mucho este tema.

Natalia Díaz

Me pasa que me cuesta mucho el proceso de sanar mi niño interior. Sufro de insomnio crónico y soy casi incapaz de dormir sin remedios. Sé que tengo que invertir en aprender estas nuevas melodías…el domingo llegó un poco más tarde a mi casa..espero que pueda ingresar más tarde o verlo más tarde. Gracias!